«Un lápiz, una hoja blanca y sobre todo la filosofía Jaeger‑LeCoultre. La mano de los diseñadores dibuja la forma de los relojes que harán parte de la leyenda. Primero un croquis, es el término que utilizan. La primera labor es dar forma a las ideas, descubrir una función, imaginar un nuevo concepto. Los diseñadores son los intérpretes del lenguaje de las formas de la Manufactura. Siempre atentos a las tendencias de su época con una visión del futuro, siempre fieles a la larga tradición de la Maison. Esta fusión de épocas, alquimia entre pasado, presente y futuro, caracteriza la línea de un reloj Jaeger‑LeCoultre.»